jueves, 27 de febrero de 2014

Las Marzas en la provincia de Palencia.

No queria olvidarme de esta bonita tradición que ya hablaba el año pasado, como eran la de las Marzas, y que poco a poco he podido ir descubriendo mucho más sobre ellas.

Al principio parecia que era una festividad solamente ligada a Cantabria, la provincia de Burgos, zonas de Soria y el norte de Palencia, pero lo curioso es que estas festividades se da tambien en toda la provincia de Palencia al igual que pasa en Cantabria o en Burgos. Desde la Montaña a Tierra de Campos y en muchas zonas no sólo se hacen ahora con la llegada de la primavera, sino que se como vimos en el tema de navidad tambien en muchas zonas se cantan con las festividades navideñas y muchas veces iban acompañadas de "zamarrones",  que eran personajes cubiertos de pieles y cencerros.

Ahora bien, con esto queria compartir el genial artículo de la Revista de Folklore de la Fundación Joaquín Diaz, donde en el número 235 y gracias a Carlos Porro Fernández podemos leer lo recogido por él en la provincia de Palencia.

Espero que os sirva para aprender más sobre esta festividad.
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Contamos con los dedos de una mano, y por desgracia nos sobran, las localidades de Palencia, en las que hoy en día se siguen cantando las Marzas petitorias de huevos y viandas, si bien es verdad más por el despoblamiento de los pueblos que por la falta de ganas en algunas localidades (1).

La costumbre nos ha venido referida en todo lo largo y ancho de la provincia de norte a sur, de la Montaña al Cerrato, comarcas éstas dos en las que se ha mantenido la costumbre ligada a un repertorio musical importante, mientras que en otras zonas, como la Tierra de Campos no tenemos testimonio de estos aguinaldos unidos a peticiones músico-vocales.



Las marzas son, como es sabido, reuniones de mozos que en uno o dos grupos, recorren las casas de su pueblo pidiendo un dinerillo, o unas viandas, frecuentemente huevos y chorizos, con el que celebrar algunas meriendas los días siguientes al primero de marzo. "Se llama así una gran merienda que celebran los mozos palentinos en el mes de marzo, preparada con las cosas (miel, chorizos, huevos, etc.) suministradas por los vecinos a quienes se lo van pidiendo las noches anteriores" (2).

La costumbre en la Montaña (zona en la que son muy abundantes los testimonios o las canciones) va ligada a los ciclos aguinalderos del invierno en los que los mozos y quintos recorrían las casas vecinales demandando las viandas para poder celebrar una merienda en esas épocas más austeras. La excusa, en ocasiones, de estas peticiones era el gasto de cera para alumbrar el Monumento de Jueves Santo o misas para sufragio de las Benditas Animas, como ocurría en

Rebanal de las Llantas (Valle Estrecho) donde se pedían los huevos y tras la venta de los mismos el dinero recaudado se entregaba al párroco para que celebrase unas misas, habida cuenta de haber guardado una pequeña parte para merendar algunos ratos los marceros o marzantes.

Este ciclo de aguinaldos se iniciaba el día de San Silvestre donde los jóvenes capitaneados por "el tambor de los mozos" recorrían las casas; seguían las peticiones de "los Años Nuevos" el primer día del año y "los Reyes" acabando con los aguinaldos del último día de este mes víspera del día de Santa Brígida y San Ignacio. Seguidamente el último de febrero se pedían las marzas. Realmente no podemos hablar de un ciclo cerrado de aguinaldo puesto que las mozas habían ido pidiendo en las mismas situaciones el centeno para sufragar los gastos de cera para alumbrar a la Virgen del Rosario o al Santísimo, cuando no pedían para "el ramo" de Navidad generalmente, varios meses antes de estas fechas o durante la Semana Santa.

Otros aguinaldos eran solicitados por los "zamarrones", personajes que cubiertos de pieles y cencerros los días de carnaval recorrían el pueblo, como en Los Redondos, Velilla de Guardo, Salcedillo, Muda o en zonas de Campos, como Cervatos de la Cueza y Quintanilla de la Cueza. Los niños, por su parte, pedían el 5 de diciembre. San Nicolás, "el manojillo" en Fuentes de Nava, recitando unos versos alusivos a este día y en la misma localidad pedían "la tortilla" el 25 de Abril, San Marcos, en Abastas para asar unas patatas en la hoguera de la víspera de los Santos; entre tanto los de la montaña pedían "por la santa cordera" por haber reconducido los corderos esquivos a la cabaña. Los mozos y quintos pedían también en las rondas "la nata" o algún queso, por las enramadas o por San Juan y San Pedro, cuando no pedían a los familiares de un novio la víspera de la boda, o el pago de la cuartilla de vino, "piso" o "patente" por "hablar" con una moza del lugar. Se pedía también en aguinaldo el lunes de Pascua "para rodar el huevo" por las eras, o "la rosquilla" en Fuentes de Valdepero o el manojo para organizar una gran hoguera en Támara de Campos por la fiesta local...


Pero centrándonos en el tema que nos ocupa estos aguinaldos se pedían cantando una serie de coplas alusivas al momento de la Cuaresma, la llegada de la primavera, y alabando las virtudes o denostando los vicios de los demandados. Los marzantes, dispuestos en dos coros que se alternaban en las estrofas del canto, reunían en un texto más o menos extenso licencias de canto, agradecimientos a los generosos, romances alusivos a la primavera o restos de temas religiosos o romancísticos, como "el retrato", "los mandamientos" o "los sacramentos de amor" mezclados con las coplas satíricas de burla dedicadas a aquéllos que no dieron nada. En otras ocasiones, los lutos cercanos hacían que se variase la costumbre del canto rezando por los difuntos de la casa, pero pidiendo el aguinaldo de marzas.



File:Cevico.jpg
Versiones de este tipo, en las que aparecen temas muy variados se han conservado frecuentemente en la zona del Cerrato, tanto palentino como búrgales.

A cantar las marzas licencia tenemos,
si las cantaremos o las dejaremos.
Esta noche entraba marzo, de media noche pá abajo,
esta noche también entra el bendito Ángel de guarda, 

que nos guarde y nos defienda y nos ampare las almas.
Desde marzo entraba abril con las flores relucir;
desde abril entraba mayo con las flores relumbrando;
desde mayo entraba junio con las hoces en el puño;
desde junio entraba julio segando más amenudo;
desde julio entraba agosto que se coge miel y mosto;
desde agosto entra septiembre ¡oh que lindo mes es éste
que se coge pan y vino si durara para siempre;
si para siempre durara pan y vino no faltaba,
Mes de mayo, mes de mayo, cuando los grandes calores,
cuando las cebadas granan, los linos andan en flores,
cuando los bueyes están gordos, los caballos corredores,
cuando los enamorados andan en busca de amores.
Unos con buenas gallinas, otros con buenos capones,
otros con buenas pesetas otros con buenos doblones
aquéllos son los mejores.


Al oído, ido, damas y doncellas,
si nos dierais, dierais, con el vino, peras;
si nos dieseis, dieseis, con el vino, nueces.
Levantaros, damas, de esas lindas camas
abriréis el cofre y nos daréis castañas;
levantaros damas de esos lindos lechos,
abriréis el cofre y nos daréis dinero
a medio doblón y a doblón entero.
Y, vosotras, las mujeres que gastáis camisa blanca
nos daréis un huevecillo de la gallinita blanca,
y vosotras, las mujeres que gastáis camisa limpia
nos daréis un huevecillo de la gallinita pinta,
de la que está junto al gallo, de la más coloradita.
¡Ay! pobre de mis cuidados metido en tantas prisiones
sin saber cuándo es de día, sin saber cuándo es de noche
sino es por tres pajaritos que me cantan los albores.
El uno es la tortolida, el otro es el ruiseñor,
el otro es un pajarillo que canta al salir el sol
que lo mató un caballero en la raya de Aragón.
Si yo le pillara aquí le daría galardón:
si lo hacía por la pluma, pluma le daría yo;
si lo hacía por la carne, no pesaba un cuarterón;
si lo hacía por la dicha buena dicha le dé Dios.
Aquí vive y aquí mora, aquí vive una señora
también vive un hombre honrado, que es el señor de este barrio.
También vive un hombre bueno que tiene viñas y majuelos,
y también tiene gallinas para que nos dé un par de huevos.
Esta noche un par de huevos y a la mañanita dos,
y con ésto, vida mía, quédate con Dios y adiós.

(Versión de Cobos de Cerrato, cantada por Carlos Morchón Collado) (3).

Entre la tipología de textos habría que hablar de un modelo que aparece en gran parte de la Montaña, desde la zona de Aguilar, (la Braña y Aguilar de Campoo hasta la Pernía) con versiones muy afines entre sí y similares como las que siguen:

Si es descortesía o desobediencia
en casa de nobles cantar sin licencia.
Si nos dan licencia, señor,
cantaremos con mucha prudencia las marzas diremos.
Las marzas son santas, son santas y buenas,
que tengan ustedes buenas cuarentenas.
Marzo riscocho y abril lluvioso
sacaréis a Mayo florido y hermoso;
mayo florido seas bienvenido
con el mucho pan y el mucho vino.
Ya nos llega el tiempo de hacer penitencia
coger el rosario ir a las iglesias;
benditos los oídos que oyen cosas buenas,
benditas las manos que el rosario llevan.
Traemos un burro cargado de nada,
no rosna por pienso, paja ni cebada,
que rosna por huevos y buenas tajadas.
Traemos un burro cargado de aceite
para freír los huevos que nos dé la gente.

(Versión de San Martín de Perapertú, cantada por David Martín de 68 años el 8 de agosto de 1995).

Conocemos versiones similares a ésta en San Juan y Santa María de Redondo, Lebanza, San Salvador de Cantamuda o Guardo una de las pocas localidades occidentales de la provincia en la que quedan testimonios de esta costumbre.

Si nos dan licencia, señor, cantaremos,
con mucha prudencia las marzas diremos.
Ave María, señores, buenas noches nos dé el cielo,
aquí estamos a la puerta los mocitos de este pueblo;
venimos a pedir marzas que es estilo que tenemos
de nuestros antepasados y no queremos perderlos.
A Cantar las marzas vienen los marceros,
como las cantaban sus padres y abuelos.
Marzo florido, seas bien venido,
que enero y febrero bien malos han sido;
marzo florido, qué bonito entras,
regando los campos con sus flores bellas,
y los pajaritos en las arboledas.
¡Ay! qué cuchülito veo relucir,
ay qué tajadita nos van a partir.
Traemos un burro cargado de alforjas
"pa" meter la carne que nos den las mozas;
traemos un burro cargado de aceite
pa freír la carne que nos dé la gente.

(Versión de Brañosera, cantada por el señor Demetrio de 65 años grabado en Barruelo de Santullán en agosto de 1995).

Otras veces se conserva la costumbre pero el texto aparece muy simplificado o ha desaparecido como en algunos pueblos de la Castillería y Valle Estrecho, así tras una licencia de petición se recogían las dádivas:

Ave María, señores, buenas noches nos dé el cielo,
aquí tienen a la puerta los mocitos de este pueblo.
Vienen a pedir las marzas son estilos que tenemos
de nuestros antepasados y no queremos perderlos.

(Versión cantada por Dionisia Llorente de 86 años y Josefa Merino de 73 años en Herreruela de Castillería el 25 de marzo de 1995 y grabada por Carlos del Peso y Carlos A. Porro).

En otros pueblos como los de Valle Estrecho y alrededores (San Martín de los Herreros, Rebanal de las Llantas, La Lastra) hemos oído versiones ya mucho más sencillas en las que el elemento musical y de rima habían desaparecido (4). Estas peticiones de marzas se hacían en cada casa pidiendo limosna para las benditas ánimas o declamando unas estrofas en las que se deseaba a los propietarios de la casa salud y felicidad.

File:Vista panorámica Colmenares.jpg  
Frente a estas versiones más populares encontramos restos de versiones más arcaicas y en las que confluyen elementos y fórmulas romancísticas medievales que aparecen en la montaña ya en contadas ocasiones y semejantes a marzas de áreas cántabras de Polaciones, Liébana o cercanas leonesas. Junto a estas fórmulas romancísticas en versos de seis sílabas (clasificadas por los investigadores como métrica romancística muy antigua) aparecen las consabidas peticiones de aguinaldo y relaciones religiosas acerca de la proximidad de la Semana Santa y las cuarentenas o cuarenta días de ayuno y abstinencia hasta el Domingo Pascua. Canciones de este orden aparecen en San Cebrián de Mudá, Vallespinoso de Cervera, Areños, Polentinos o Verdeña (5).

Marzo florido seas bienvenido,
marzo rosado seas bien llegado,
las cuarentenas santas y buenas.
………………………………………………
Salga el lagarto debajo del canto,
salga la culebra debajo una piedra,
salga la trucha desencuevada
que apenas es vista como ya es pescada.
Traemos un burro cargado de nada
que no come hierba, paja ni cebada.
Traemos un burro cargado de nada,
que come chorizos que le den las damas...

(Versión fragmentaria de Areños cantada por Ana María Sordo de 59 años, Susana Diez de 63 y Teresa Sordo de 62 y recopilado por José M. Silva, Enrique Gómez Hule y Carlos A. Porro el 6 de agosto de 1994).

Las marzas son santas, son santas y buenas
y en casas de nobles doce hijas doncellas;
las seis fueron monjas, prioras, "badesas"
y las otras seis van por la nobleza.
Caballeros nobles casaron con ellas.
Benditos los pies que van a la iglesia,
benditas las manos que el rosario llevan...

(Versión fragmentaria de Vallespinoso de Cervera cantada por Teresa Vielva y su madre Felisa García de 92 años el 16 de julio de 1992).

Hoy sale febrero, mañana entra marzo
y con un buen tiempo y con buen año.
Marzo florido, seas bienvenido,
marzo rosado seas bien llegado
con el pan y el vino y el fruto rosado.
Y en esta casa las doce hijas hembras
las dos eran monjas, prioras, "badesas "
y las otras dos por buenas que eran
caballeros nobles casaron con ellas.
Armaron ventanas, balcones y rejas
con puntas que llegan casi a las estrellas...

Costumbre que acaba con las bendiciones y vivas a los generosos de esta manera:

- Y con otra y ésta, huevos a la cesta.
¡Buen dao! ¡buen dao! ¡¡ ¡jijuuuuuu!!!!

(Versión procedente de Polentinos, cantada por Mercedes Abad de 73 años, el 11 de noviembre de 1994).

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NOTAS

(1) En alguna localidad de la Montaña y del Cerrato, comarcas donde más tradición tuvo la costumbre, se piden "a título particular" estos aguinaldos (así como los de Reyes o de Año Nuevo), entre familiares y vecinos allegados, o los hijos a los padres, yendo a la puerta de su casa sin organizar una ronda ni congregar a toda la juventud, encargados primigenios del evento como fue la costumbre en tiempos pasados.

(2) JOVITA COLOMA Y SANTANA: Folklore de la Provincia de Palencia, p. 45, (manuscrito inédito, 1930).

(3) Versión, ésta, muy similar a las de la parte del Cerrato burgales en donde se ha conservado con plena vigencia y recuperación notables la costumbre. Compárese con la idéntica versión de Villanueva de Gumiel, Revista de Folklore, N.° 105, pp. 79-81 de 1989. Gumersindo Ontañón: "Las marzas en Villanueva de Gumiel".

(4) Curiosamente en estas localidades no se cantaban las marzas a pesar de tener un repertorio de tradición oral de los más completos y vigentes de toda la Montaña como es el caso de Rebanal de las Llantas, donde a pesar de ser una localidad sin población estable la mayor parte del año, hemos llegado a recopilar cerca de 300 tonadas relativas a todos los ciclos de la tradición.

Las marzas de esta localidad que se pedían, principalmente para misas por los difuntos, no eran más que unos sencillos versos que variaban algo dependiendo de la fecha del aguinaldo, si era por San Silvestre, por el Ángel o por Santa Brígida, cuyo recitado apuntamos a continuación:

"Santa Brígida y San Ignacio, parte pan y un buen pedazo
y un pique del espinazo y media para beber
en gracia de Dios amén.
Aquí venimos un poco de gente, pocos y bien unidos ¿le gusta a usted que recemos?".

En el caso de los aguinaldos del año nuevo se decía "Buenas entradas y salidas de año les dé Dios a vuesas mercedes con mucho tener y poco deber y en gracia de Dios amén. Aquí venimos un poco de gente...

En el caso concreto de las marzas se decía: "-Señor o señoral tal, ¿da usted limosna para las ánimas?".

(Versión de Rebanal de las Llantas, recitada por Agustina Barreda de 64 años de edad, registrada en Palencia el 18 de febrero de 2000).

(5) Véase la versión de Verdeña en La Montaña Palentina, tomo III, La Pernía. Gonzalo Alcalde Crespo (Caja de Ahorros de Palencia, 1981) o versiones que también contienen estos fragmentos en J. L. Puerto. "Unas marzas de las leonesas tierras de Rueda", Revista de Folklore, N.° 125, pp. 156-160, tomo 11*, 1991 o el Romancero Popular de la Montaña de Cossío y Maza, Santander, 1934, por poner un ejemplo.

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